Mini reseña: Los Misterios Dolorosos por Lalo Barrubia
¡Hola, lectores! ¿Cómo están? Me paso por acá para contarles un poco sobre mi experiencia con Los Misterios Dolorosos, por Lalo Barrubia. Hacía tiempo quería leer algo de la autora, pero no me decidía por dónde arrancar. Tomé la decisión de empezar por esta novela luego de encontrarla en un stand de la feria de autores uruguayos que tuvo lugar en el hall de El Galpón hace un par de semanas, lo único que necesitaba era tomar el libro en mis manos, y eso fue todo.
Sinopsis: Después de Arena y de la muy admirada Pegame que me gusta, Barrubia nos entrega su tercera gran novela. María, la narradora, es una mujer sola que vive en Oslo y se gana la vida con uno de esos trabajos que Europa tiene reservados para los inmigrantes. No puede olvidar, sin embargo, su niñez proletaria y turbulenta, marcada por una religiosidad que la perturba y por el autoritarismo que la desvela. Desde la aridez nórdica, evoca su adolescencia rebelde y desastrosa de punk tercermundista y la militancia política como una indigesta forma de rebeldía contra los "milicos", contra los que votaron la ley de impunidad, contra una Montevideo chata y conformista. Lo que sigue no es mejor, tal vez porque Dios no existe o porque sus "misterios" resultan inescrutables. Quizás en esta anti "novela de aprendizaje", María solo haya aprendido una cosa: a contar entregándose por entero. Lo otro siempre lo supo: pelear contra los prejuicios, pelear contra la humillación, pelear por lo que cree justo, caerse y volverse a levantar, y nombrar las cosas por sus verdaderos nombres.
María interrumpe su vida cotidiana en Oslo, para emprender un viaje a su pasado a través de la escritura. Decidida a contar la historia de una niña criada en un régimen dictatorial; la de una adolescente que mira con desprecio y rebeldía al sistema; y la de una mujer que emigra en medio de una crisis económica.
En la historia de una vida que no es ni ejemplar ni inspiradora, Lalo Barrubia nos relata sobre la soledad - lejos y cerca del hogar-, sobre el sexo sin tapujos, sobre inmigración, sobre la niñez, sobre la adultez, y sobre crecer en un país plagado de injusticias.
No querían usar la literatura para cambiar el mundo, el mundo era una mierda frita y no había nada que hacer al respecto. Lo que querían era usar el mundo para cambiar la literatura.
Por momentos la historia de María parece no ir a ningún lado. La escritora se resguarda en su soledad y comienza a reflexionar sobre una historia que no está segura de contar, pero en la que no desea mentir, ni disfrazar la verdad.
Se trata de una lectura pausada pues la narración va con la personalidad titubeante de la protagonista. Iguala su hilo de pensamiento tan enredado como indeciso. La narración no posee orden alguno, y los sucesos se intercalan sin sentido, igualando a la mente humana. Este desorden en los pensamientos de María la llevan a largas reflexiones que hacen pensar al lector. Y eso, para mí, es un punto a favor.
Es interesante hallar un progreso en la narración a través de un tiempo ficticio, pues la María que narra su niñez confusa e incrédula, no es la misma María que explica su adolescencia enfurecida.
María posee una personalidad fuerte e impulsiva, pero la inseguridad nubla sus decisiones. Constantemente cree estar cometiendo errores por no llevar el tipo de vida ejemplar y esperable para alguien de su edad. Se la pasa lamentándose por aquello que podría haber sido y no fue, y duda de sus propios recuerdos.
La libertad sexual es propia del personaje, y ocupa gran parte de la trama ya que su vida sexual le provoca grandes placeres, pero también numerosos dolores e inseguridades. Por esto María lo narra con todo lujo de detalle y sin adornos. Ya que el goce de la sexualidad es una de las muchas cosas que se le censura a la mujer, y esta protagonista no permite que le digan qué hacer.
Son varios los personajes que rodean a María en su viaje y, sin embargo, son pocos los que poseen un nombre. Sus padres no poseen nombre, nunca sabremos el nombre de sus hermanas mellizas, pues solo las distingue por sus cambiantes cualidades. Solo sus amigos son llamados por sus nombres, en señal de lo importante que es para ella su amistad. Incluso esa persona especial a la cual menciona en varios capítulos, es nombrado por una impersonal "X".
Este libro me provocó muchas cosas. Desde el comienzo sentí gran cercanía por los lugares de Montevideo a los que María acostumbra visitar, las calles que ella menciona y que yo atravieso a diario. La historia de María y sus amigos podría ser la de mis padres, nacidos en dicha época y atravesando los mismos sucesos decisivos para el país.
Creo que aquellas partes que más disfruté fue cuando María era joven y estaba enojada con los "milicos" y el sistema opresor. Pero también estaba triste y angustiada por no poder ayudar más, y sufría profundamente las pérdidas de la gente a su alrededor. Una época muy confusa para una joven, creo que es de esas partes que más la marcan como persona, que más ayudan a comprender sus misterios y dolores.
Ella es cobarde para tachar, tiene temor de estar perdiendo algo. Quizás es por eso que la vida se le ha llenado de palabras.
Considero que no es un libro para todo el mundo, pues hay quienes podrían amarlo y quienes podrían abandonarlo a la mitad. Yo tuve la fortuna de haber llegado al final, no por tratarse de un gran final, sino más bien porque conseguí entender gran parte del libro solo una vez que lo vi por terminado. Es un sentimiento extraño, pero se trata de una historia que necesitamos leer completa para entender aquello que está entre líneas.
Así que no, no es un libro para cualquiera. María podría resultar molesta para más de uno. Yo disfrute el libro, las vueltas de María y su tristeza única. Se llevó 3,5 estrellas, y quiero leer más de la autora, muy pronto.
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