La mujer desnuda, de Armonía Somers
“¿No era una mujer desnuda el enemigo?”
Rebeca Linke es una mujer como cualquier otra. Un día, cansada de los pensamientos que se acumulan en su cabeza, decide cortársela.
Así sin más, Rebeca Linke se despoja de su conciencia. Desnuda y descalza, se interna en la naturaleza para saborear esta nueva libertad descubierta, — claro que se vuelve a colocar la cabeza antes de partir—.Armonía Somers escribió una novela atemporal, sobre el revuelo —y el odio— que genera una mujer liberada.
“Sí; odiaban a la mujer, y se odiaban también entre ellos, por los mutuos descubrimientos. Una sola libertad no puede subsistir sin odios, quizás porque la libertad es cosa demasiado maravillosa o demasiado terrible en sí misma.”
No tengo manera de explicarles la belleza de la narración de Somers. Hipnotiza al lector con las imágenes que construye, y la forma en que transmite el sentir de la protagonista. Leerla es un manjar.
La narración está llena de color, incluso la autora aprovecha los colores para identificar a ciertos personajes y su sentir. Como el violeta en los ojos de una perra o el rojo en el pecho de un hombre.
La mujer desnuda se convierte en un mito, por momentos se duda de su existencia, y por otros, se la construye desde su propia imaginación.
En una referencia constante a Eva, la mujer desnuda despierta la conciencia de los hombres del pueblo, los hace ver lo que no querían ver. De allí nace su odio, y pasan días y noches en su búsqueda, aunque ni los propios hombres saben qué harán si la encuentran.
Como experiencia doble, tuve la suerte de leer este libro acompañada de las impresiones de Lu, ya que ella me lo prestó. Sus anotaciones al margen hicieron que disfrutase de la lectura muchísimo más.
Una lectura de 5 estrellas ⭐⭐⭐⭐⭐
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