La mujer desnuda, de Armonía Somers

“¿No era una mujer desnuda el enemigo?”

Rebeca Linke es una mujer como cualquier otra. Un día, cansada de los pensamientos que se acumulan en su cabeza, decide cortársela.

Así sin más, Rebeca Linke se despoja de su conciencia. Desnuda y descalza, se interna en la naturaleza para saborear esta nueva libertad descubierta, — claro que se vuelve a colocar la cabeza antes de partir—.

Contratapa: Rebeca Linke se sumerge en el bosque en una aventura fascinante, onírica, mística, que no es otra que la búsqueda de su propia identidad. En este camino, el despertar feminista explota en la comunión con los nombres de mujer que adopta, y en su liberación remueve la calma aldeana y enfrenta también a quienes la encuentran —aunque más no sea en sus fantasías— a sus propias construcciones identitarias y comunitarias. Para seguirla en este viaje es necesario dejar toda lógica y toda convención de lado. Una novela salvaje, con una profundidad poética que la hace inmune al paso del tiempo.

«Rebeca Linke cumple 30 años, se mira al espejo, se desnuda, se corta la cabeza, sangra, se desangra en realidad, entonces se la vuelve a colocar y toma un tapado, va a la estación de tren y se hunde en el bosque. Allí pierde su nombre pero gana otro cuerpo: el del deseo.»

Gabriela Borrelli

Armonía Somers escribió una novela atemporal, sobre el revuelo —y el odio— que genera una mujer liberada.

“Sí; odiaban a la mujer, y se odiaban también entre ellos, por los mutuos descubrimientos. Una sola libertad no puede subsistir sin odios, quizás porque la libertad es cosa demasiado maravillosa o demasiado terrible en sí misma.”

No tengo manera de explicarles la belleza de la narración de Somers. Hipnotiza al lector con las imágenes que construye, y la forma en que transmite el sentir de la protagonista. Leerla es un manjar.

La narración está llena de color, incluso la autora aprovecha los colores para identificar a ciertos personajes y su sentir. Como el violeta en los ojos de una perra o el rojo en el pecho de un hombre.

La mujer desnuda se convierte en un mito, por momentos se duda de su existencia, y por otros, se la construye desde su propia imaginación.

En una referencia constante a Eva, la mujer desnuda despierta la conciencia de los hombres del pueblo, los hace ver lo que no querían ver. De allí nace su odio, y pasan días y noches en su búsqueda, aunque ni los propios hombres saben qué harán si la encuentran.

Como experiencia doble, tuve la suerte de leer este libro acompañada de las impresiones de Lu, ya que ella me lo prestó. Sus anotaciones al margen hicieron que disfrutase de la lectura muchísimo más.

Una lectura de 5 estrellas ⭐⭐⭐⭐⭐

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