¿El periodismo tiene que ser objetivo?
¿El periodismo tiene que ser objetivo? Es una pregunta que ha rondado por mi cabeza durante todo este año.
Soy una estudiante de Comunicación que eligió la orientación periodística. Aunque me gusta decir que el periodismo me eligió a mi desde el momento en el que pise ese edificio.
Este año cursé Sala de Redacción, una de las experiencias más bonitas que he vivido en esa facultad. Desde el momento en el que entré al último salón de clases del piso cuatro. Entre tapabocas y distancia social - mucha distancia social - los profes nos dijeron: ustedes ya son periodistas.
Todo este año me he presentado a mi misma como tal, porque de otra forma no me lo creo. Llamo y con el corazón a mil de los nervios - y del orgullo - digo "Buenas tardes ¿cómo está? mi nombre es Daniela Calone, periodista de Sala de Redacción" (Sé que me conocen como Agus, pero ese es un tema que quizá abordaré en otro post)
No creo en el periodismo como una práctica objetiva. No he escrito sobre un solo tema, que no haya captado mi interés por algún lado. En especial, porque descubrí que disfruto mucho de contar historias, las historias de gente real, a las que le pasan cosas reales. Tan reales que me interpelan, me sacuden el piso y pienso “tengo que escribir sobre esto”.
Hace dos meses, entrevisté a Gabriela Schroeder, con motivo de la publicación de su primer libro El mundo nuevo que sacó en conjunto con Ignacio Ampudia. Al leer este libro pensé "dos pájaros de un tiro" ya que de allí saldrían dos productos: la entrevista sería publicada en sala, y la reseña del libro la compartiría en el blog.
¿Fui objetiva al leer ese libro? Para nada, es una condición que me es imposible, porque el libro se siente muy adentro. Lo juro, leanlo.
Entonces ¿fui objetiva al hacer la entrevista? ¿al escribirla? ya habrán adivinado respuesta.
Hoy no traigo la reseña de este libro, creo que la entrevista dice mucho más de él, y de Gabriela, de lo que yo podría decir dos meses después.
Lo que sí les dejo es el link a la entrevista,
—¿Cuál fue la parte más difícil de escribir?—El final, porque eso lo escribí yo. Lo viví, es mi memoria, y lo tengo grabado en la piel. Fue un desafío muy grande contarlo de manera fiel al recuerdo sin caer en un dramatismo tremendo.—¿Dudaste alguna vez de publicar el libro?—Jamás.—¿Te gustaría seguir escribiendo?—Sí, pienso hacerlo. Me encanta escribir, siempre escribí mucho, pero no me sentía con las herramientas para hacerlo yo sola. Pienso que hay que estudiar y tener metodología – como ingeniera también tengo esa formación profesional-. En el medio del proyecto me metí en un taller literario junto con Daniel Mella [escritor uruguayo], un poco para animarme de nuevo a soltar la pluma y escuchar otros procesos creativos. No sé si voy a publicar o no, pero escribir siempre va a estar en mí.
Este es un relato sobre personajes dispuestos a dar sus vidas para construir un mundo más justo. Personajes que dialogan cara a cara con el terror; que caen, cuestionan sus propios mitos, resurgen y vuelven a caer. Un grupo de jóvenes que se entrega a la revolución; una madre que migra de la mano de su hija, esquivando peligros; tres países que se precipitan hacia los períodos más oscuros de su historia; un abuelo que em-prende una búsqueda incesante para recuperar a su nieta.
En una búsqueda por rescatar sus orígenes, Gabriela Schroeder Barredo comparte su historia familiar de amor, dolor y pérdida, a través de una novela basada en decenas de testimonios, investigación documental y la narrativa del historiador Ignacio Ampudia. El resultado es un texto vertiginoso que cuestiona, conmueve y busca iluminar silencios implacables.
Gracias por la crítica!! Besos y tienes una nueva seguidora. Besos
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