Reseña: La resistencia de la reina, por Rebecca Ross
Hola, lectores! ¿Cómo están? Hoy vengo a contarles un poco sobre el final de una bilogía -¡al fin Agus terminando algo que empieza!-. Se trata de La resistencia de la reina, la segunda parte de La rebelión de la reina, por Rebecca Ross
Antes que nada les dejo por acá mi opinión sobre la primera parte de esta bilogía La rebelión de la reina, y les advierto que la siguiente reseña puede contener spoilers de su primera parte.
Sinopsis:
Brienna es ama del conocimiento y comienza a familiarizarse con su rol de hija del lord caído en desgracia, Davin MacQuinn. Aunque acaba de sobrevivir a una revolución que va a devolver a la reina al trono, aún debe enfrentarse a otro desafío: la aceptación de los MacQuinn.
Por ser la confidente más cercana de la reina Isolde Kavanagh, tiene que encontrar el equilibrio entre servir a la Casa de su padre y servir a su reino.
También está Aodhan Morgane, anteriormente conocido como Cartier Évariste, quien está acostumbrándose al marcado contraste entre su vida en Valenia, antes de la rebelión, y su vida actual como lord de una Casa caída. Mientras intenta recuperar el nombre de la casa Morgane, permite que su mente divague... ¿Y si no tiene que alzar su Casa solo? ¿Y si Brienna pudiera estar a su lado?
Pero Brienna y Cartier deben dejar a un lado sus sentimientos porque hay asuntos más apremiantes con los que lidiar: el juicio de los Lannon, la creación de alianzas y garantizar que nadie evite la coronación de la reina. Hay rumores de resistencia entre quienes apoyaban al viejo régimen, desesperados por hallar un punto débil en las fuerzas rebeldes.
Y...¿hay vulnerabilidad más grande que la que genera el amor?
Ganaron la batalla. Llegó el momento de reunir a los súbditos y juzgar a los tiranos.
Brienna es ama del conocimiento, y ahora, está en Maevana, preparada para cumplir el rol que le asignaron: como hija del lord MacQuinn ¿podrán los MacQuinn olvidar que por sus venas corre sangre de la casa Allenach? Brienna tendrá que demostrar que es digna de su nuevo apellido y, además, de ser la mano derecha de la nueva reina Isolde Kavanagh.
¿Vieron cuando empiezan un libro y no entienden nada de lo que está pasando? Así estaba yo en el momento en el que empecé a leer esta secuela. Recordaba lo esencial de su primera parte, pero tantos apellidos, clanes y seudónimos se habían borrado de mi memoria. Poco a poco, con la ayuda del mapa que trae el libro, y los árboles genealógicos pude ir reubicando a esos personajes que ya no recordaba y los vínculos que los ataban.
Lo que sí recordaba, era que La rebelión de la reina me había parecido un gran libro. De hecho, por aquel entonces le di un puntaje de 3.5 estrellas, pero yo lo recuerdo como un libro de 4.
Los lores caídos regresan a sus tierras a reclamar el lugar que les pertenece. Esta vez, con el apoyo de sus hijos y una reina preparada para ocupar el trono.
Me pareció muy interesante -una vez que me adentre en la historia- ver el contraste entre lo que narra el primer libro como el reino de Valenia: un reino que apuesta por el conocimiento y el arte. Y el reino de Maevana: un reino en el que los hombres gobiernan a través del miedo y asesinan mujeres para prevenir el resurgimiento de una nueva reina.
Una vez que me adentré en la historia, ya no hubo vuelta atrás. Lo leí en un día. En parte porque estaba participando de una maratón de lectura, pero también porque el ritmo del libro lo permitía. Me atrevo a decir que todo pasa demasiado rápido. Un toque que quizá no a todos nos puede gustar. Yo esperaba leer algo rápido, y por eso fue perfecto.
Un punto en contra es que para que ese ritmo acelerado tuviese lugar, las situaciones más complicadas se resolvían de las maneras más predecibles. No había misterio. Uno podía adivinar la forma en la que todo se iba a solucionar, ya fuera porque la autora nos dejaba pistas de antemano, o porque dichas soluciones eran las más obvias.
Algo que me parece necesario resaltar, ahora que estoy escribiendo esta reseña, es que el romance no es lo primordial en este libro. No es como lo pinta su sinopsis. Cartier y Brienna son super tiernos, de hecho su relación es más que sana, y de vez en cuando la autora nos deleita con alguna escena cute. Pero no es lo central. Ambos tienen cosas mucho más interesantes en que pensar: que quieren estar juntos nadie lo cuestiona, ambos lo dan por hecho. Es solo que, de momento, saben que tienen que priorizar otros asuntos (una relación admirable, si me lo preguntan).
Un libro que me gustó mucho porque lo leí en el momento indicado, por mi parte se llevó ⭐⭐⭐⭐, disfrute mucho de la bilogía de Rebecca Ross.
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